En el contexto laboral actual, ya no basta sólo destacar en habilidades técnicas, si no que para las empresas es igualmente significativo y atractivo contar con colaboradores que integren y desarrollen competencias que les permitan destacar en habilidades interpersonales, las cuales implican una ventaja competitiva en relación a quienes no cuentan con ellas, logrando asegurar el éxito en un puesto laboral como también crecer tanto profesional como personalmente dentro de las mismas y lograr ser un aporte sustentable para la organización.
¿Qué son las competencias?
Las competencias se definen como habilidades destacadas a nivel social, emocional o interpersonal. Estas habilidades se evidencian en una efectiva interacción con otros, la capacidad de adaptarse a situaciones inesperadas y el trabajo colaborativo en un equipo laboral para abordar dificultades. Las habilidades blandas están ligadas a la personalidad y las características individuales, como los valores y actitudes, que en última instancia definen el comportamiento humano. Estas competencias no son medibles de la misma manera que las habilidades técnicas o los conocimientos académicos, que se adquieren en instituciones educativas y a menudo son requisitos indispensables para la contratación.
¿Cuáles son las diferencias entre competencias y habilidades técnicas?
Las habilidades técnicas se evalúan a través de un currículum, mediante preguntas específicas en una entrevista que abordan la experiencia específica en el campo, cursos o estudios relacionados, así como el conocimiento, la comprensión del trabajo y sus funciones. Todo esto se realiza para determinar la idoneidad del candidato para un rol o cargo en particular.
Por otro lado, las competencias se evalúan más a través de preguntas situacionales y de comportamiento. Se indaga en las características de la personalidad del candidato mediante cuestionarios específicos, pruebas psicolaborales y entrevistas orientadas a competencias. En este tipo de entrevistas, se plantean preguntas diseñadas específicamente para medir competencias o habilidades blandas. Los entrevistadores pueden preguntar sobre experiencias pasadas en las que el empleado haya demostrado ciertas habilidades en situaciones específicas. Además, es posible llevar a cabo evaluaciones de comportamiento mediante ejercicios grupales, simulaciones de trabajo en equipo y resolución de problemas para observar la interacción de los empleados en situaciones laborales reales.
Competencias más buscadas y valoradas por las empresas:
Algunas competencias que suelen ser atractivas para la mayoría de los puestos laborales son:
- Comunicación efectiva: Expresar ideas de manera clara y escuchar activamente. Esto es fundamental para evitar malentendidos y fomentar un ambiente de trabajo abierto y resolutivo.
- Trabajo en equipo: Colaborar y relacionarse amistosamente con compañeros de diferentes áreas para lograr cohesión y alcanzar objetivos comunes.
- Liderazgo: Capacidad para guiar y motivar a otros, incluso sin ocupar un rol de jefatura o supervisión.
- Adaptabilidad: Adquirir nuevas habilidades y conocimientos, así como ajustarse a posibles cambios y reestructuraciones.
- Resolución de conflictos: Manejar adecuadamente desacuerdos o diferencias de opinión, evitando tensiones y creando un entorno laboral positivo y armónico.
- Resolución de problemas: Ofrecer soluciones ante dificultades, abordando los problemas de manera rápida y efectiva.
- Compromiso: Contribuir al crecimiento de la organización con dedicación, iniciativa y responsabilidad, tanto a nivel profesional como personal.
Cómo desarrollar o potenciar competencias:
Hay varias formas de mejorar o cultivar las competencias:
- Participar en cursos o talleres de formación que instruyan y fomenten el desarrollo de habilidades.
- Reconocer áreas de mejora a través del autoconocimiento e introspección, lo que nos ayuda a trabajar nuestras debilidades y potenciar nuestras fortalezas.
- Buscar oportunidades donde poner en práctica nuestras habilidades.
- Solicitar retroalimentación a superiores o colegas para obtener otros puntos de vista, manteniendo siempre apertura y flexibilidad.
Si bien las habilidades técnicas son esenciales para un desempeño específico, son las competencias las que marcan la diferencia entre las personas. Desarrollarlas puede mejorar la dinámica grupal, el clima laboral y la productividad, dependiendo de las situaciones que enfrentemos en el trabajo.
En resumen, potenciar y desarrollar continuamente nuestras competencias es crucial para marcar la diferencia y destacar en el ámbito laboral.
Excelente información, muchas gracias